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martes, 7 de diciembre de 2010

Ariel Rot, sin nostalgias

Hace hoy justo una semana entrevisté a Ariel Rot para La Voz de Avilés-El Comercio. Un tipo encantador que, a diferencia de otros a los que todo les ha venido de cara, se ha ganado su estatus palmo a palmo. Una leyenda del rock español al que es todo un honor poder tomar el pulso. El musical, se entiende, porque salta a la vista que Rot es todo corazón. Su espectáculo 'Solo' acogió a unos 300 fans en el Teatro Palacio Valdés de Avilés el sábado 4 de diciembre. No es mucho, pero estaban todos entregados. Mejor eso que cinco mil tordos que van a mojar las bragas con la pavisosa de Chenoa y luego a mojar el gaznate con etanol a ritmo de reggaetón... para acabar mojando solitos con la almohada ¿no? En fin, lo de Ariel Rot es otra cosa. Pasen y lean...

- Ariel, ¿En qué consiste 'Solo'?
- Bueno, es una lista extensa de canciones, en las que me acompaño de un piano, una guitarra acústica, un par de eléctricas, unos pedales y un amplificador. A partir de ahí, repaso mis canciones, no sólo las del último disco, sino de mis dos etapas en solitario, y algunas de Tequila y Los Rodríguez.
- ¿Podemos decir que es una suerte de 'Lo que siempre quiso escucharse de Ariel Rot y que nunca se pudo oír'?
- Puede ser... aunque algunas sí que se han oído, y mucho (ríe). Me gusta el arreglo que he hecho de 'Milonga del marinero y el capitán', queda totalmente tanguera. Lo que no hay es un concepto cronológico, ni es una presentación del último disco, aunque se titule igual.
- Celebras tus 30 años sobre el escenario. ¿Qué te hace subirte ahí arriba después de tanto tiempo?
- ¡Es que nunca me bajé! Realmente necesito tocar, es algo que me hace falta para mi salud física, mental y espiritual. Viajar, interpretar tus canciones delante de la gente... No lo puedo sustituir por ninguna otra actividad. Ahora, si me permites la comparación, si tocar con banda es como un partido de fútbol, esto podría equipararse a uno de tenis. Con toda la concentración que requiere.
-Actualmente, publicas un disco cada dos años, más o menos. ¿Es ese el ritmo que requiere grabar un buen álbum?
- Bueno, en realidad no hay reglas ni rigidez en ese aspecto. Dos años es un plazo que está bien entre disco y disco, pero por medio tiene que haber otros proyectos, giras... Lo de Tequila [el regreso], por ejemplo, es uno de esos balones de oxígeno a los que me refiero. Procuro que sea así, me parece sano y refrescante. Eso sí, cada vez es más difícil preparar y terminar un disco. Porque tiene que salir sin presión, es lo que pide ser respetuoso con el cuerpo y la mente (ríe).

 Ariel Rot, 50 años de edad, 32 de rock a las espaldas y el mejor humor posible (foto: Jero Álvarez)

- Pasando a tus grupos anteriores, llegaste a decir que con Los Rodríguez habías alcanzado un doctorado en rock...
- Fue subir un peldaño más en la música y en la vida. Todos aprendimos muchísimo.
-¿Qué significa para ti el grupo, quince años después del fin?
- Me viene una catarata de recuerdos, marcada por su intensidad. Había una dinámica de trabajo y de diversión muy buena. Los ensayos de cada tarde eran bestiales, eso es lo que hace a un grupo. No puedo ser imparcial al rememorar esos años: los recuerdos del grupo me vienen a la mente bien con una sonrisa o con una lágrima.
- ¿Y Tequila?
- Fue algo más liviano, todo era con cierto espíritu de diversión. La gira de regreso fue para mí como unas vacaciones en las que sólo me tenía que ocupar de tocar la guitarra. Al revés que ahora, que me tengo que ocupar de todo... Pero está bien así, sin duda.
- Me gustaría que me definieses con una sola palabra a estos personajes...
- (Divertido) Una palabra sola para un argentino es poco menos que imposible... (ríe)
- Vamos a intentarlo... Sergio Makaroff.
- El 'teacher'.
- Julián Infante
- La gran amistad.
- Andrés Calamaro.
- La inspiración.
- Daniel Zamora.
- La locura.
- Alejo Stivel.
- La infancia.
- ¿Tenemos Ariel Rot para rato?
- Ufff... eso mejor hay que preguntárselo a mis médicos (ríe). Por mí, desde luego, que no quede.

(Un extracto de esta entrevista se publicó en La Voz de Avilés - El Comercio el 1/XII/2010)

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