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domingo, 27 de marzo de 2011

La muerte no es el final

En este mundo, todavía hay quien se acuerda de personajes como éste. Vale que no fuese precisamente un adalid de la ciencia (de la ciencia cabal y real, quiero decir), pero no cabe duda de que con su barba, su verbo rugoso, su calvorota prominente y, no lo olvidemos, su amor por esa entelequia llamada parapsicología, el doctor Del Oso se ganó un trocito del corazón de miles de televidentes.

Personalmente, y aunque no me creo media palabra de nada de lo que contase, me relaja ver en el Canal Nostalgia de TVE aquellos programas con él en penumbra, grave, con aire (pues sí) de misterio, ante una biblioteca en la que se pueden distinguir desde un gigantesco volumen de 'La divina comedia' hasta una reproducción de un cuadro de M. C. Escher. O ese telúrico barómetro que representa a un monje que, con una varita y sentado en su scriptorium, te indicaba el tiempo que iba a hacer mañana. Una cosa tremenda, y que no merece otro apelativo que no sea "quintaesencia de lo bizarro".

En fin, que ayer hizo seis años que el entrañable Jiménez del Oso partió hacia otras esferas. Su ultrahispánica memoria no caerá en el olvido. De eso se encarga el periódico ABC.


En esta ocasión, no hay más que decir

PD. Al escribir este post, me avisa Google de que Ubú Presidente acaba de superar las mil visitas. Gracias a todos, prometo seguir en el tajo hasta un mínimo de n+1 entradas con cosas que contar. La intención, por lo menos, es esa. El resultado, sin duda, que haya alguien al otro lado. Y la consecuencia (insisto): mis más sinceras gracias a todos los lectores de esta bitácora. 

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"Leer estas cosas es como lavarse las partes íntimas con Neutrex Plus. Ya te vale, tío"
(El autor de este aforismo no desea ver desvelada su identidad)
 

1 comentario:

  1. Si la psicología está llena de intrusismo profesional, qué te voy a contar de la parapsicología, llena de feriantes y charlatanes. Sin enbargo es un campo científico muy interesante, y se han desarrollado algunos experimentos con resultados asombrosos. No se trata de perseguir fantasmas, si no de buscar explicaciones científicas a cuestiones de muy difícil acceso. En ese sentido, sería parapsicología descubrir que los alaridos de ultratumba de una ruinosa mansión no son más que ruídos provenientes del aire en el sistema de calefacción. La sugestión también es un campo de estudio.

    Por cierto, hace algunos años, en la Facultad de Psicología se nos ocurrió la idea de organizar unas jornadas serias sobre el tema. Nos tacharon de frikis. Supongo que cuesta vencer ciertos prejuicios.

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Puede usted opinar lo que le dé la gana, pero como suele decirse, los comentarios ofensivos serán borrados. Los que pongan idioteces, en general, serán conservados, porque todo el mundo tiene derecho a hacer/decir tonterías. Y los demás a reírnos de tanto bobo suelto. En eso consiste la censura del siglo XXI, ¿qué se esperaban?