Esto es un ud. Y Luis Delgado, casi en trance. Pero de verdad, no de pegote, estilo quienes-ya-saben.
(Foto: Rafa B)
Así, desde una triada de piezas medievales españolas interpretadas con el morisco ud, hasta la espectacular recreación de la pieza central de la película ‘Ultimátum a la Tierra’ con el theremin (que difícilmente olvidarán los asistentes a este prodigio), la tarde supuso un recorrido por el tiempo y el espacio musical de la Humanidad. O lo que es lo mismo, una lección de ingeniería e historia sonoro-sociológica (¡lo juro!) partiendo de la hipnótica bramadera del Magdaleniense (un instrumento que tiene la friolera de 10.000 años de antigüedad), y llegando al cautivador sitar eléctrico de Vinnie Bell, pasando por, entre otros, los muy castellanos salterios, guimbardas y flautines de centeno. Mención aparte merecen los impactantes (por el tamaño) palos de lluvia chilenos o didjeridoos australianos, o las ocarinas y estatuillas sonoras de las tribus mesoamericanas, de las cuales el músico extrajo notas de colorido y emoción, entre las carcajadas, admiraciones y ovaciones arrancadas a una audiencia literalmente cautivada, que no dejó de sorprenderse ante los sonidos, apariencia y ejecución de la treintena de ingenios musicales puestos en solfa por el protagonista de la velada. Y todo con el gracejo del que sabe que un concierto es un hecho único, y que, rizando el rizo, hace suya aquella sabia máxima romana de ‘instruir deleitando’ en pleno siglo XXI.
Delgado es un profesor, un showman y un artesano, pero sobre todo, un músico como la copa de un pino. Sólo así se explica que no se le resista ninguna técnica instrumental y que, tras la actuación y entre firmas de viejos vinilos y CD’s, anunciase a los seguidores allí reunidos la inminente nueva entrega (cuarta) del dúo electroacústico Mecánica Popular, que comparte con Eugenio Muñoz y cuyo contenido incluirá varias recreaciones del compositor y teórico de la musique concrète Pierre Schaeffer.
(Corolario: el que no quiera oír, que no oiga. Ya hay bastantes sordos funcionales en este mundo como para intentar convencer a nadie de que hay música más allá de la papilla de las FM. Peor para ellos, porque en este lado de la trinchera tenemos a tipos como Luis Delgado, que son de los que dan ciento por uno. ¡Vuelva pronto, Mr. Pa-wu Man!)
El músico, riéndose por dentro mientras toca el salterio. La concurrencia, cautivada.
(foto: Adri Quintana)
(Luis Delgado actuó en Avilés el 5 de noviembre de 2010)
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¿I vosté, com es qu'encara no s'ha suicidat?
(Ho diu Josepe, 'el mig amic')
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