Vistas de página en total

domingo, 27 de marzo de 2011

La muerte no es el final

En este mundo, todavía hay quien se acuerda de personajes como éste. Vale que no fuese precisamente un adalid de la ciencia (de la ciencia cabal y real, quiero decir), pero no cabe duda de que con su barba, su verbo rugoso, su calvorota prominente y, no lo olvidemos, su amor por esa entelequia llamada parapsicología, el doctor Del Oso se ganó un trocito del corazón de miles de televidentes.

Personalmente, y aunque no me creo media palabra de nada de lo que contase, me relaja ver en el Canal Nostalgia de TVE aquellos programas con él en penumbra, grave, con aire (pues sí) de misterio, ante una biblioteca en la que se pueden distinguir desde un gigantesco volumen de 'La divina comedia' hasta una reproducción de un cuadro de M. C. Escher. O ese telúrico barómetro que representa a un monje que, con una varita y sentado en su scriptorium, te indicaba el tiempo que iba a hacer mañana. Una cosa tremenda, y que no merece otro apelativo que no sea "quintaesencia de lo bizarro".

En fin, que ayer hizo seis años que el entrañable Jiménez del Oso partió hacia otras esferas. Su ultrahispánica memoria no caerá en el olvido. De eso se encarga el periódico ABC.


En esta ocasión, no hay más que decir

PD. Al escribir este post, me avisa Google de que Ubú Presidente acaba de superar las mil visitas. Gracias a todos, prometo seguir en el tajo hasta un mínimo de n+1 entradas con cosas que contar. La intención, por lo menos, es esa. El resultado, sin duda, que haya alguien al otro lado. Y la consecuencia (insisto): mis más sinceras gracias a todos los lectores de esta bitácora. 

--------------------
"Leer estas cosas es como lavarse las partes íntimas con Neutrex Plus. Ya te vale, tío"
(El autor de este aforismo no desea ver desvelada su identidad)
 

lunes, 14 de marzo de 2011

Poesía urbana # 3

Ya, ya lo sé. Que es una cosa infantil, evidente y más facilona que aquello de poner una "J" delante del cartel de "Aula 4" de su colegio, instituto o reformatorio (que de todo hay en la viña del señor). Pero en fin, el hecho de que pasen delante de esta señal unos señores vestidos de azul y tolete en mano, del orden de 30 veces en dos horas, y que sigan poniendo cara de "eso no va por mi" (como si ellos estuviesen cuerdos, vamos)... Pues qué quieren que les diga. Que es poesía urbana, en resumen.

Quien dice la verdad, ni peca ni miente



----------------------------------
"Antes morir que perder la vida"  
(Iñaki 'Glutamato' Fernández)